Una tarde de invierno Laura caminaba por la orilla de la playa mirando atentamente a una pareja que estaba sentada en la arena. Tanta fue su impresión al ver aquel amor que aquella pareja se tenía que Laura comenzó recordar aquel amor que ella había perdido en su juventud.
Esa misma tarde recibió una carta con noticias de su gran amor, la cual anunciaba su llegada.
Laura, muy contenta, preparó con gran esmero una bienvenida para él, pero su sorpresa fue que al verlo llegar no venía solo, sino con esposa e hijos, por lo cual no quiso salir.
Tan grande fue su pena y su dolor que se desmayó, al momento despertar se llevó una inmensa sorpresa, a su lado la observaba pacientemente Gabriel: su único y más grande amor, se sintió tan feliz puesto que todo había sido un mal sueño.
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